Hoy quiero presentaros un postre que se me ocurrió
un día que salí a correr, el hecho de
salir a correr es algo que me ayuda a despejar la mente y mis ideas
empiezan a tomar forma, además es bueno para el corazón y de paso quemamos algo
de grasa, que el veranito está a la vuelta de la esquina.
Así que lo primero que hice cuando llegue a casa fue
ponerme a dibujar este postre, aunque no sea un gran dibujante, me gusta
dibujar el plato que voy a preparar para saber dónde ira cada cosa y hacerme
una idea de cómo quedaría.
Este postre está compuesto por un milhojas de pasta
filo con una ganache de caramelo, canela y Amaretto. Al otro lado he colocado
un helado de cappuccino y coco, para realizar este helado he substituido la
leche normal por leche de coco, y tengo que decir que este helado me ha encantado, la combinación de
café y coco es algo que no había probado y me ha sorprendido su sabor.
Para acompañar estas dos elaboraciones he realizado
una salsa de café y vainilla, y para aportarle un toque crujiente al helado he
elaborado un caramelo al que he añadido unas almendras, lo he salteado un poco
y lo he estirado en un tapete de silicona, cuando se ha enfriado y se ha puesto
duro lo he machacado en el mortero hasta obtener una especie de polvo crujiente.
Para la decoración he realizado una placa de
chocolate blanco con cacao espolvoreado y le he dado una forma curva para
dividir las dos elaboraciones principales.
Y para terminar he decorado el milhojas con una
pieza de azúcar satinado, el azúcar satinado es una técnica que consiste en
estirar el caramelo varias veces hasta que toma un color opaco, brillante y
satinado. Esta es una técnica que todavía he practicado poco y de momento solo
hago piezas pequeñas para decorar, pero con esta técnica se pueden hacer
verdaderas obras de arte en caramelo.
Como veis este es un postre que lleva varias
elaboraciones y da bastante trabajo, pero si nos organizamos bien se puede ir
haciendo en varios días, dejando para el ultimo día lo más delicado, como el
azúcar satinado, que es algo que al estar hecho de caramelo no soporta bien la
humedad.
Ingredientes
Para
el helado de Cappuccino y Coco
390 gr de leche de coco, 390 gr de nata semimontada,
60 gr de azúcar invertido, 10 gr de glucosa, 6 yemas, 2 sobres de cappuccino, 1
rama de canela, media vaina de vainilla, 170 gr de azúcar.
Para
el Milhojas
2 hojas de pasta filo, 25 gr de mantequilla fundida
y 50 gr de azúcar mascabado ( yo he utilizado el Dark).
Para
la ganache de Caramelo, Canela y Amaretto
100 gr de chocolate negro 70%, 25 gr de glucosa, 125
gr de azúcar, 100 gr de nata, 32 gr de mantequilla, 2 c/c de canela en polvo,
45 gr de Amaretto.
Para
la salsa de Café y Vainilla
175 ml de leche, 2 yemas, 42 gr de azúcar glas, 5 gr
de café soluble, media vaina de vainilla.
Para
la placa de Chocolate Blanco
100 gr de chocolate blanco y una pizca de cacao en
polvo.
Para
el polvo de Caramelo y Almendra
50 gr de azúcar y un puñado de almendras.
Para
la pieza de Azúcar Satinado
125 gr de azúcar, 37 gr de agua y unas gotas de limón.
Elaboración
Para que resulte más cómodo iremos haciendo las
elaboraciones repartidas en varios días, empezaremos elaborando el helado, ya
que se puede guardar perfectamente en el congelador.
Empezamos calentando la leche de coco en un cazo
hasta que llegue a los 90ºC, retiramos
del fuego y añadimos los dos sobres de cappuccino, la rama de canela y las
semillas de la vaina de vainilla, removemos bien para que se integre y no
queden grumos. Tapamos y dejamos infusionar 30 minutos.
Mientras semimontamos la nata en un recipiente
amplio y la guardamos en la nevera. En otro recipiente mezclamos las yemas con
el azúcar y el azúcar invertido hasta que empiecen a blanquear.
Calentamos la leche de coco infusionada (retiramos
la rama de canela) y le añadimos la glucosa, mezclamos bien y cuando llegue a
los 90ºC retiramos del fuego, incorporamos la leche a las yemas poco a poco
para equilibrar la diferencia de temperatura y removemos.
Pasamos la mezcla de nuevo al cazo y ponemos a
calentar a fuego suave procurando que no pase de 84ºC (si pasara de 84ºC el
huevo cuajaría) y sin dejar de remover hasta que empiece a espesar ligeramente.
Preparamos un recipiente amplio con agua con hielo
para enfriar rápidamente el cazo con la crema y seguimos removiendo para que no
forme costra.
Una vez tengamos la crema fría, le vamos añadiendo
la nata semimontada poco a poco con ayuda de una lengua, mezclamos con
movimientos envolventes hasta que la nata este totalmente integrada en la
crema. Tapamos con film y dejamos reposar 24 horas en la nevera.
Al día siguiente la pasamos por la heladera, y
guardamos el helado en un recipiente en el congelador.
Ahora elaboramos la ganache, ya que la podremos
conservar varios días en la nevera, para ello hacemos un caramelo con el
azúcar, la glucosa y la canela, ponemos a calentar la nata para que este a la
misma temperatura que el caramelo y la vertemos sobre el caramelo y removemos
con cuidado, consiguiendo así un toffee.
Escaldamos la cobertura (previamente troceada) con
el toffee y removemos bien, añadimos la mantequilla cortada en dados, removemos
y por último añadimos el alcohol. Removemos hasta conseguir una mezcla
homogénea. Una vez fría, metemos la ganache en una manga, la cerramos bien para
que no coja olores y guardamos en la nevera.
Ahora elaboramos la placa de chocolate blanco, fundimos
el chocolate blanco a 40ºC y lo atemperamos, vertemos tres cuartas partes del
total sobre el mármol frío hasta que alcance los 24ºC de temperatura de
descenso, removiendo con la espátula para acelerar el proceso, unimos con el
resto de cobertura para que alcance los 28ºC de temperatura de templado.
Una vez tengamos el chocolate bien atemperado,
cogemos una hoja de papel de acetato de unos 25x25cm aproximadamente, con ayuda
de un colador espolvoreamos un poco de cacao sobre el papel de acetato y
vertemos el chocolate blanco, alisamos con la espátula y con ayuda de una
rasqueta recortamos los lados hasta darle una forma similar a un triángulo
obtusángulo pero con una de las caras formando una especie de media luna,
deberemos tener en cuenta que la cara de abajo tiene que quedar completamente
recta, ya que será la cara que hará de base para que se aguante en el plato.
Antes de que se seque, cogemos esta hoja de papel de
acetato y la colocamos encima de un trozo de cartón y la vamos doblando
haciendo una onda en forma de “S” y la vamos sujetando con unos clips al cartón
para que aguante la forma. Dejamos secar completamente. Podemos reservar la
pieza en algún lugar donde no moleste y no pueda sufrir ningún accidente, y que
no sea demasiado cálido (yo la he guardado encima de la nevera).
Al día siguiente elaboramos el milhojas de pasta
filo, cogemos una bandeja de horno y la cubrimos con papel sulfurizado, cogemos
una hoja de pasta filo y la colocamos encima.
Pintamos con mantequilla fundida y espolvoreamos con el azúcar
mascabado, colocamos otra hoja encima y volvemos a pintar con mantequilla.
Cogemos un aro de emplatar de unos 6 cm aproximadamente y marcamos cilindros en
la pasta filo, es posible que tengamos que repasarlos con un cuchillo.
Horneamos a 200ºC hasta que estén doraditos, unos 4 minutos aproximadamente.
Reservamos.
Ahora elaboramos la salsa de café y vainilla, calentamos
la leche en un cazo hasta que llegue a
los 90ºC, retiramos del fuego y añadimos el café y las semillas de la vaina de
vainilla, mezclamos bien y dejamos reposar 10 minutos, tapado.
En otro recipiente mezclamos las yemas con el azúcar
glas hasta que empiecen a blanquear. Calentamos la leche infusionada y cuando
llegue a los 90ºC retiramos del fuego, incorporamos la leche a las yemas poco a
poco para equilibrar la diferencia de temperatura y removemos.
Pasamos la mezcla de nuevo al cazo y ponemos a
calentar a fuego suave procurando que no pase de 84ºC (si pasara de 84ºC el
huevo cuajaría) y sin dejar de remover hasta que empiece a espesar ligeramente.
Preparamos un recipiente amplio con agua con hielo para
enfriar rápidamente el cazo con la crema y seguimos removiendo para que no
forme costra. Una vez fría la metemos en un biberón y reservamos en la nevera.
Ahora elaboramos el polvo de caramelo y almendra,
ponemos el azúcar en un cazo y hacemos un caramelo, echamos un puñado de
almendras y las salteamos ligeramente en el caramelo, vertemos sobre un tapete
de silicona y dejamos que se endurezca, cuando vayamos a montar el plato lo
machacaremos en el mortero hasta obtener una especie de polvo crujiente.
Si no hemos utilizado ningún colorante pasara a
tener un color completamente blanco. Cogemos unas tijeras y cortamos en trozos,
cogemos un trozo y lo aplanamos con la yema de los dedos, ahora le damos la
forma que deseamos, podemos hacer la figura que veis en la foto o lo que nos
apetezca. En este punto hay que trabajar rápido porque una vez se seque se
volverá completamente duro y ya no lo podremos moldear.
Una vez tengamos la pieza hecha, la espolvoreamos
ligeramente con cacao en polvo con ayuda de un colador. Reservamos.
Ahora vamos con el montaje del plato, primero
sacaremos la manga con la ganache de la nevera con suficiente antelación para
que coja temperatura y la podamos manejar. Ahora cogemos un plato rectangular y
pintamos dos líneas de salsa de café y vainilla formando una diagonal.
Colocamos la placa de chocolate blanco en medio del plato.
Ahora montamos el milhojas en un plato aparte,
ponemos un círculo de pasta filo de base, ponemos unos puntos de ganache encima
y cubrimos con otro círculo de pasta filo, repetimos esta operación dos veces
más y colocamos el milhojas en el plato, decoramos el milhojas con la pieza de
azúcar satinado.
En el lado contrario colocamos un poco de polvo
crujiente de caramelo y almendra para que haga de base para el helado,
colocamos encima una quenelle de helado y terminamos espolvoreando un poco del
polvo crujiente encima del helado.
10 Comentarios
Menudo postrazo para los amantes del dulce te has currado, Roberto!! Me encanta la idea, la elaboración y los sabores que combinas. Me ha llamado la atención muchisimo la estupenda presentación que te has currado, macho, te voy a fichar para los emplatados del blog! jajaja. Enhorabuena una vez más y un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel Angel, cuando me empecé a imaginar como montar el plato en mi cabeza, no sabia si seria capaz de realizarlo tal y como tenia en mente, pero al final conseguí el resultado que quería.
ResponderEliminarUn abrazo.
Roberto...qué maravilla!! Cuanta delicadeza, elegancia y exquisitez a la hora de elgir cada ingrediente y montar el plato.
ResponderEliminarNo sabría por donde empezar a saborearlo!! maravilloso todo. Me encanta la placa de chocolate blanco, es perfecta! delicada y presume de curvas perfectas. Y el helado, y el ganache de caramelo...perfecto de verdad.
Una maravilla de postre, enhorabuena!!
Besos grandes!! :)
Muchas gracias Mrs Hudson, me alegro de que te guste el postre, es un poco largo de realizar pero a mi me gusta lo de ir elaborando cada fase en varios días y una vez lo tengo todo disfruto mucho montando el plato.
ResponderEliminarPor cierto, tus hermosos donuts de piña colada me han servido de inspiración para lo que voy a intentar hacer mañana, unos buñuelos de mojito, a ver que tal salen.
Un abrazo.
HAY GANAS DE PROBAR ESO
ResponderEliminarMuchas gracias! Me alegro de que te guste!
Eliminar¡QUÉ RICO!
ResponderEliminar¡KÉ RIKO!
ResponderEliminar¡KÉ RIKO!
ResponderEliminarESTO ESTÁ RICO
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