Para hacer este pan he utilizado como base una
antigua receta de pan de espelta a la que le he añadido algunos ingredientes
que me han parecido que podrían combinar bien.
La harina de espelta o escanda es una especie común
de trigo (Triticum spelta) del que se conoce su existencia desde hace miles de
años, pero no se ubica su verdadero origen. Se dice que podría encontrarse en
Irán o en el sureste de Europa entre otras hipótesis y podría datarse entre los
años 6000 y 5000 a.C.
Cabe destacar que el pan de espelta por si solo esta
realmente delicioso, pero en este caso he decidido añadir algunos ingredientes
que creo que le aportaran nuevas sensaciones a nuestro paladar. Le he añadido
un curry de elaboración propia que consiste en una mezcla de especies que he
preferido tostar levemente y machacar en el mortero para extraer todo su aroma,
ya que los currys que suelen vender ya elaborados pierden mucho aroma con el
paso del tiempo.
Otros dos ingredientes que he añadido son la masa
madre de centeno que creo que le aportara un toque de acidez y una cucharada de
melaza de granada porque la receta original llevaba una cucharada de miel y he
decidido substituirla por la melaza de granada que tiene un sabor mas bien
agridulce y creo que para este pan queda mejor. En cuanto a la sal he optado por substituirla por
sal Maldon ahumada porque le da un sutil aroma y sabor ahumado.
Ingredientes
300 gr de harina de espelta molida por el sistema
artesano de piedra y procedente de cultivo ecológico, 100 gr de harina de
fuerza, 100 gr de masa madre líquida de centeno, 9 gr de levadura fresca, 7 gr
de sal Maldon ahumada, 1 cucharada de melaza de granada, 190 gr de agua, 50 gr
de cacahuetes y una cucharada sopera de curry casero.
Para
el curry casero
1 c/c de semillas de cilantro, 1 c/c de ajo
deshidratado, 1 c/c de cúrcuma, 1 c/c de semillas de comino, 1 c/c de jengibre
en polvo, 1 c/c de semillas de mostaza, media c/c de macis recién rallado, 1
c/c de semillas de hinojo, 1 c/c de pimienta de Jamaica, 1 c/c de clavo, 1 hoja
de laurel fresco, media c/c de semillas de fenogreco, media c/c de pimienta de
Sichuan, media c/c de chile chipote, media c/c de chile pasilla.
Abreviaturas: c/c = cuchara de café.
Podemos guardar el curry sobrante en un bote con
cierre hermético.
Elaboración
Empezaremos elaborando nuestro curry, tostamos
ligeramente todas las semillas en una sartén y las machacamos bien en el
mortero, las especies que sean en polvo simplemente las mezclamos y las
pimientas las machacamos sin tostar, los chiles y el laurel los picamos muy
finos con el cuchillo, mezclamos bien todas las especies y las guardamos en un
bote con cierre hermético. Ahora tostamos los cacahuetes ligeramente en la misma sartén y reservamos.
Ahora mezclamos las harinas y la sal en un bol. Disolvemos la levadura en el agua tibia y la
juntamos con las harinas. Añadimos la masa madre, la melaza, el curry y
mezclamos con ayuda de la espátula. Mezclamos bien hasta conseguir formar una bola.
Ahora volcamos sobre la mesa sin enharinar y empezamos a trabajar la masa, la idea consiste
en estirarla para incorporar el máximo aire posible.
La trabajamos deslizando
los dedos por debajo, con los pulgares por encima, la llevamos hacia arriba y
luego la dejamos caer lejos de nosotros, sobre la superficie de trabajo (estará
demasiado pegajosa para levantarla), estiramos la parte anterior de la masa
mientras la dirigimos hacia nosotros, luego la llevamos hacia atrás sobre si
misma formando un arco, la estiramos hacia adelante y hacia el lado y la
escondemos hacia abajo por los extremos.
Repetimos esta operación durante unos 10 minutos aproximadamente. A medida
que la vamos trabajando, la masa empezará a unirse y la sentiremos viva y
elástica en nuestras manos.
Cuando notemos que la masa esta empezando a volverse mas sedosa y fina es
el momento de estirarla un poco e introducir los cacahuetes troceados en
su interior, cerramos la masa y continuamos
trabajándola hasta que se integren
completamente los cacahuetes y la masa se separe limpiamente de la superficie
de trabajo. Hacemos
una bola tensando bien la superficie. Lavamos el bol con agua caliente para retirar cualquier resto de masa,
secamos bien y enharinamos ligeramente.
La masa prácticamente ha doblado su volumen después de 2 horas. Volcamos la
masa en la superficie de trabajo ligeramente enharinada y la dividimos en dos.
Ahora formaremos dos “batards”, para ello primero formamos dos bolas
tensando bien la superficie, cubrimos con un trapo y las dejamos reposar 10
minutos. Con esto conseguimos una primera forma ordenada y homogénea y ayuda a
que la forma final sea simétrica.
Estiramos y aplanamos la masa hasta hacer una torta gruesa redondeada,
imaginaremos que la pieza tiene cuatro lados curvos, tomamos los dos lados mas
alegados de nosotros y los plegamos hacia el centro presionando bien para que
queden sellados, ahora tomamos la punta que ha resultado de los pliegues
anteriores y la plegamos hacia el centro presionando para que quede bien
sellada.
Giramos la masa 180ºC y repetimos los pliegues anteriores en este lado.
Ahora plegamos la masa hacia nosotros de manera uniforme y sellamos ambos lados
con la base de la palma de la mano. Hacemos rodar la masa hacia delante y hacia
atrás, presionando levemente hacia abajo para conseguir expulsar por los
extremos el aire que haya quedado atrapado en el pliegue.
Colocamos las 2 piezas sobre un paño de algodón o lino bien enharinado
haciendo unos pliegues para que no se toquen cuando empiecen a levar. Cubrimos con un paño y dejamos fermentar en un lugar cálido y sin
corrientes de aire, a unos 24-25º C, hasta que prácticamente doblen su tamaño.
Precalentamos el horno a 220ºC. Preparamos una bandeja con papel
sulfurizado y espolvoreamos un poco de sémola de trigo, colocamos las piezas
encima y las enharinamos ligeramente con la ayuda de un colador y practicamos
unos cortes longitudinales en las piezas con una cuchilla.
Preparamos un molde con agua bien caliente y lo colocamos en el centro de
la bandeja, esto nos ayudara a crear vapor en el interior del horno. Abrimos el
horno y pulverizamos un poco de agua en las paredes y un poco encima del pan,
metemos la bandeja y cerramos. Bajamos la temperatura a 210ºC y horneamos
durante 40 minutos aproximadamente. Dejamos enfriar en una rejilla para que circule bien el aire.
2 Comentarios
Este pan tiene un pinta genial y el sabor con el curry tiene que ser delicioso.
ResponderEliminarY si las dejas fermentar tiempos más largos, veras que saborazo que cogen y unos agujeros de infarto.
Saludos
Hola Elena,
EliminarEl sabor del curry en un pan me encanta y seguramente haré mas de un pan con curry, así que tendré en cuenta tu consejo para el próximo que haga.
Un abrazo.